Coche Conectado: un reto y una oportunidad
Es indudable que estamos frente a una nueva “revolución” dentro del sector de la automoción: el Coche Conectado, o lo que es lo mismo, capacitar a los vehículos para su conexión a internet utilizando y disfrutando de las posibilidades que los smartphones proporcionan.
El enfoque es sencillo y consiste en conectar nuestro smartphone al coche y reutilizar la pantalla que actualmente disponen la mayoría de automóviles para proporcionar una nueva gama de servicios: conectividad, estado del tráfico y carreteras, estilo de conducción, parámetro del vehículo y avisos o recomendaciones a la conducción, guiado GPS o simplemente reproduciendo nuestra música favorita de una lista de Spotify.
De hecho, la idea es que una vez nuestro móvil esté conectado al coche, podamos disfrutar de las apps que tengamos allí instaladas y que sean “reconocibles” por el sistema. Es decir, sería como tener una versión adaptada de la app de nuestro móvil en la pantalla de nuestro vehículo.
La característica fundamental de este nuevo sistema que nos acompaña mientras conducimos es principalmente la interfaz de usuario: deberá ser un sistema en el que prime la interacción oral y en el que el diseño de las posibles pantallas sea extremadamente ligero de contenido y con opciones bien marcadas y visibles como para ser accionadas sin prácticamente prestar atención para no incurrir en riesgos innecesarios.
Hace ya algún tiempo que los dos pesos pesados del sector tecnológico, Google con su Google Auto y Apple con su Car Play, se manifestaron con sus versiones (más bien con sus intenciones), pero hace relativamente poco que este par de opciones han tomado realmente forma y ya se presentan como las alternativas a tener cuenta.
Hasta la fecha, el sector ha ido incorporando, a falta de una propuesta mejor, diferentes tecnologías (Mirror Link, Sync…) que a los diferentes fabricantes les ha permitido tomar conocimiento de este nuevo escenario y hacer sus primeras pruebas, pero es ahora realmente cuando la posibilidad se torna en reto y oportunidad para acometer proyectos globales y completos que les permitan diferenciarse (o no) de la competencia y que verán la luz seguramente a finales de este año 2015.
Las aplicaciones de esta nueva hornada tecnológica está aún por descubrir, pero algunas resultan realmente útiles y sorprendentes. Poder interaccionar con el vehículo a través de la voz para seleccionar una determinada canción o una Playlist de Spotify, o escuchar los mensajes de nuestra bandeja de entrada o los mensajes enviados vía WhatApp, o los timeline de nuestras cuentas de Twitter y Facebook, o emitir una determinada señal de alerta o aviso al servicio de emergencias en caso de accidente, son algunas de las funciones que ya se están implementando y que dan sentido a este nuevo paradigma del “Coche Conectado”: seguir conectado al exterior dentro del vehículo.
Sin embargo, soy de los que piensan que en este terreno está todo aún por descubrir. Simplemente estamos replicando los modelos actuales y todavía hemos de descubrir nuevos usos que son exclusivos de esta nueva situación, aún no descubiertos y que pondrán de manifiesto nuevas utilidades. Por ejemplo, si tenemos vehículos con estas funcionalidades, existe todo un campo por explorar relacionado con la comunicación entre vehículos, lo que ya se comienza a llamar V2V (Vehicle to Vehicle).
Que nuestro vehículo tenga la capacidad de detectar a otros vehículos en 360º y poder determinar variables tales como su velocidad y ubicación, abre todo un abanico de nuevas posibilidades en seguridad vial y puede ayudarnos a tomar consciencia de los riesgos y las amenazas durante la conducción.
Por ejemplo, detectar un comportamiento extraño en un vehículo que se encuentra a determinados kilómetros y se aproxima en sentido contrario puede hacernos tomar precauciones al respecto. O poder aprovechar la experiencia de otros vehículos a nuestro alrededor en tiempo real y poder tomar decisiones relacionadas con el estado de las carreteras (nieve, lluvia…), accidentes, saturación de las vías, etc. Otra de los paradigmas que tenemos delante es el V2M (Vehicle to Machine), o cómo podemos explotar las posibilidades que existen por la conexión/comunicación de nuestro vehículo con otros dispositivos, no ya únicamente cualquier wearable que podamos llevar, sino con otros elementos relacionados con la sensórica externa (Smart City, Beacons…) o elementos más internos como las variables de nuestro cuerpo (ritmo cardiaco, presión arterial…).
Seat y Samsung ya han puesto encima de la mesa un sistema basado en la comunicación de su smartwatch con el vehículo para el registro de estas variables y hacer analítica de alteraciones del ritmo cardíaco en situaciones de estrés, atascos, etc.
Como puede desprenderse de todo esto, estamos frente a una tremenda oportunidad de nuevas y, en ocasiones, muy útiles prestaciones que definen un enorme reto y una gran ocasión para el sector de la automoción. Así lo han entendido las automovilísticas y todas, sin excepción, están llevando a cabo sus movimientos para poder concretar a la mayor brevedad posible, siempre y cuando los diferentes elementos lo vayan permitiendo (lanzamiento de SDK’s, estabilidad de los sistemas…), propuestas de valor que los diferencien de la competencia y les permitan mantener o incrementar sus cuotas de mercado.
La batalla está servida y comenzaremos a ver los primeros resultados serios de esta apasionante carrera durante la segunda mitad de este año.