Vamos a tomarnos muy en serio la creatividad: ¡a jugar!
La canción que no consigues sacarte de la cabeza, la escultura tan fea que adorna esa glorieta, tu villano favorito, ese insecto tan raro que subía por tu pierna, la escena en la que el protagonista se entera de que está muerto, esa App tan absurda que incomprensiblemente se ha puesto de moda… En tu cerebro hierven anárquicamente miles de imágenes, emociones y experiencias que, mezcladas, reinterpretadas y bien canalizadas, pueden convertirse en grandes ideas, creativas y sorprendentes.
Con este post quiero ayudarte a crear un cuento, un guion o una obra que sea absolutamente original e innovadora, a través de técnicas de excitación creativa. ¿Jugamos?
Cómo afrontar con éxito un reto creativo
Para afrontar con éxito nuestro reto, en este caso crear un producto creativo, vamos a empezar aplicando la Técnica de la División de la Cebolla. Una técnica que se basa en “pelar” el desafío capa a capa hasta quedarnos solo con los obstáculos principales. Es decir, dividimos el reto en micro-retos que luego trabajaremos por separado con diferentes técnicas creativas. De entre todas las capas o bloqueos que hemos seccionado, nos quedaremos tan solo con dos: El síndrome de la hoja en blanco y el ¡no encuentro nada nuevo!
Primer micro-reto: el síndrome de la hoja en blanco
Quizás alguna vez lo hayas sufrido, quizás estés leyendo este post por culpa suya. El síndrome de la hoja en blanco es una parálisis psicológica inherente al principio del proceso creativo: el miedo a que no se nos ocurra nada cuando estamos delante de una hoja, un lienzo, una pantalla o cualquier soporte en blanco que queremos llenar con las mejores ideas.
Afortunadamente existen múltiples recursos para evitar que la página en blanco nos supere, nos bloquee y acabe por devorarnos. Personalmente, te recomiendo luchar contra este síndrome recurrente con tres armas clásicas y muy efectivas:
- Escritura creativa.
No permitas que el color blanco de la nada te supere, ¡atácalo tú primero! Coge tu lápiz y escribe de prisa, sin tema preconcebido, escribe lo suficientemente de prisa para no poder refrenarte y para no tener la tentación de leer lo escrito. Te sorprenderá la inspiración y fluidez que puede aportarte un papel lleno de ideas libres y, aparentemente, inconexas.
- Cajón de ideas.
Vuelca en el papel tu almacén de ideas personal. Revisa tu archivo mental de ideas y recuerdos y trata de dibujar o describir los conceptos más sugerentes, extraños, curiosos, provocativos… todo lo que no te deje indiferente.
- Utiliza otra herramienta.
El desbloqueo físico te ayudará a conseguir el desbloqueo mental. Parece obvio pero pocas veces lo hacemos y tendemos a desesperarnos frente la misma pantalla y a hundirnos en la misma silla. Deja de teclear y ponte a garabatear en tu bloc, rompe el papel y empieza a dibujar sobre un lienzo. ¡Busca nuevos escenarios para encontrar nuevas ideas!
Segundo micro-reto: ¡no encuentro nada nuevo!
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy cercana, alguien tuvo la genial idea de combinar la Edad Media con la Ciencia Ficción. Por primera vez, coexistían en una misma historia princesas, caballeros, duelos, espadas y armaduras, con naves espaciales, alienígenas, robots y planetas desconocidos. Una potente pero sencillísima técnica creativa originó una de las mayores sagas cinematográficas de la historia: Star Wars.
La técnica se define como A+B=C y deriva, quizás, de la definición más exacta y concreta de creatividad: la combinación inesperada de elementos ya conocidos. El método es muy fácil, tan solo elige un elemento A y un elemento B, define su esencia y sus atributos principales, combínalos y encuentra una C absolutamente sorprendente e innovadora. A: pulpo, B: juegos educativos; A: jardinería, B: telequinesis; A: zombie, B: teatro… ¡Las posibilidades son infinitas!
¿A qué parece mucho más sencillo que crear un concepto nuevo partiendo de cero? Lo es.
Si no encuentras una C suficientemente creativa, te recomiendo mandarla al banquillo de los acusados e interrógala con el completo y estricto método SCAMPER:
¿Qué partes podría substituirte?
¿Con qué puedo combinarte?
¿Qué puede pasar si te adapto a otros contextos?
¿Qué puedo modificarte sin cambiar tu esencia?
¿Qué otros usos puedes tener?
¿Qué puede pasar si elimino alguna de tus partes?
¿Qué puede pasar si reordeno alguno de tus elementos?
A medida que vayas generando nuevas preguntas y respuestas, te irás acercando al mágico instante del ¡Eureka! Buena suerte y no te olvides de archivar tus descartes creativos en tu cajón de ideas 😉 Nunca sabes cuándo pueden convertirse en esa idea creativa que andabas buscando.