“Hemos venido a añadir nuestra voz a las redes”
¿Por qué teniendo tanta capacidad de memoria nuestro olvido es tan alto?
Con esta interesante reflexión Antoni Gutiérrez, analista político y colaborador de El Periódico, empezaba una ponencia que seguimos al detalle hace ya unos meses durante la Social Media Week. Su exposición trataba sobre un tema tan real como vigente: la fragilidad de la memoria en la sociedad actual.
En un contexto dominado por la tecnología y el exceso de información, los sistemas son cada vez más potentes y están cada vez más preparados para descargar de trabajo a la memoria humana, que se vuelve cada vez más débil. Aumenta la capacidad de los dispositivos pero a su vez aumenta la pereza de los usuarios, y el coste psicológico de elegir se vuelve inasumible entre incontables dosis de información.
“La memoria se aloja en el corazón. Aquello que no sientes es imposible recordarlo.” Según Gutiérrez una de las principales causas de que nuestro recuerdo sea tan frágil es el hecho de que no exista una experiencia vivencial íntima de una idea.
Gutiérrez incide en la importancia de dar un valor a lo que compartimos en redes sociales: “Si sólo compartimos lo que recibimos, sin añadirle capas de valor, estaremos compartiendo un gran zumbido. Hemos venido a añadir nuestra voz a las redes, debemos generar emociones a través de la tecnología.”
Para él, la única manera de promover nuevos pensamientos es generando nuevos sentimientos, por lo que la diferencia y la pluralidad resultan la garantía del éxito. Desde su punto de vista, visión que compartimos, “somos rastros digitales” y como tales nuestra memoria y nuestro trazo son muy importantes. En este sentido es clave saber aprovechar la potencia de la conectividad pero imponiéndonos una auto exigencia crítica, es decir, analizar nuestra dieta informativa para no volvernos cada vez más ciegos ante tanta apertura.
Las redes sociales se han convertido no sólo en un altavoz particular, sino en un espacio para generar cambio a través de nuestra voz; un lugar para compartir experiencias y propiciar vivencias compartidas. ¿Habéis analizado vuestro trazo digital?