Actualízate
Hay muchos motivos por los que hemos de tener una web, negocio o aplicación actualizados.
Es evidente que tenemos que disponer de información actualizada y no mostrar una noticia del 2004 en nuestra home. Es evidente que el diseño se ha de renovar periódicamente para no tener unos pantalones de campana como imagen principal de nuestra empresa cuando se llevan los pitillos. Y, también, tenemos que estar al tanto de algunas actualizaciones tecnológicas.
Nuevos navegadores: una pequeña auditoria de nuestra web para verla con los últimos navegadores del mercado nos puede evitar sorpresas de páginas que, en su día, se veían correctamente pero ahora han dejado de funcionar, aunque sea parcialmente.
Nuevas resoluciones: Aún tenemos la web diseñada para 800×600. Estamos desaprovechando las resoluciones de las nuevas pantallas. Además, ¿cómo se ve nuestra web en un dispositivo móvil? Quizás no sea necesario realizar una segunda versión de nuestra web si solo es una web presencial, pero sí una revisión.
Viejas tecnologías: aunque la mayoría de las tecnologías web son compatibles con las versiones anteriores (backward compatibility), los cambios de las nuevas versiones, a veces, pueden afectar al funcionamiento de nuestras aplicaciones web. Por ejemplo, los cambios en la seguridad de Java provocan que aplicaciones que funcionaban correctamente se tengan que actualizar, tags antiguos de HTML dejan de ser soportados y, aunque normalmente se vean bien, pueden provocar fallos de visualización en algunos navegadores, así como pequeños errores de código, que en un principio no afectaban a la web, pueden provocar que en algunas versiones de navegadores dejen de funcionar las páginas.
Vídeos: si disponemos de vídeos en nuestra web, es necesario revisar los formatos y seleccionar los más compatibles con los diversos dispositivos.
Hay otros entornos en los que los cambios se están produciendo más rápidamente, entornos como Facebook, que no solo cambian sus condiciones de privacidad periódicamente, sino que también añaden funcionalidades a nuestras aplicaciones y cambios tecnológicos que pueden hacer que dejen de funcionar.
Como último consejo y en función de la importancia que tenga la web en nuestro negocio, es recomendable planificar una revisión periódica de la web tanto técnica como estética como de contenidos.